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PEDAZOS DE TIEMPO (POEM) DESERT IN THE MIND

PEDAZOS DE TIEMPO (POEM) DESERT IN THE MIND

Por Francia Berti

Pedazos de tiempo, pedacitos de tiempos que no puedo recordar que se escapan del centro neuronal, que huyen sin atrapar sin siquiera saber los motivos del porqué de la salida de no volver, ¿No se los ve más? Ni sé porqué, ni sabría la verdad porque corrieron al vaciar un nido que no serán y todo es vacío que nada quedará. No eran lapsos de conciencia borrosos, sino entidades temporales que habían ejercido su derecho a la autodeterminación. Se habían convencido de que permanecer en mi “centro neuronal” era una forma de esclavitud. ¿Qué motivos tenía un pedazo de tiempo para querer fugarse? Posiblemente, el miedo a ser mal recordado, a ser re-editado o simplificado por la necedad de mi presente. La fuga era silenciosa, una desertificación neuronal que dejaba tras de sí la sensación física de un espacio recién desocupado: el vacío que nada quedará. Era la prueba de que la vida no es la suma de los recuerdos, sino la suma de los recuerdos que eligen quedarse el gran problema era la ausencia de causalidad. Si supiera por qué huyeron, podría renegociar las condiciones del recuerdo. Pero al correr sin motivo, dejaban una herida abierta: la certeza de que mi mente era un mal anfitrión.

Intenté una estrategia de rastreo.

Si no podía recordarlos, quizás podía encontrar sus rastros materiales. Cerré los ojos e intenté visualizar el punto de la fuga. Lo único que conseguí fue ver una micro-fisura de luz gris espectral (la huella de la indecisión perfecta en el lugar donde el recuerdo eligió su camino).Me levanté y caminé hacia la ventana. La luz del atardecer caía sobre la calle, bañándola en un color que no era ni amarillo ni naranja; era el color exacto de un tiempo sin dueño. Y ahí estaba la respuesta, flotando justo afuera, al alcance de la mano. No se habían ido lejos. Los pedacitos de tiempo fugitivos no huían a otros cerebros; huían al aire mismo. Estaban allí, suspendidos en el crepúsculo, como minúsculas partículas de polvo, brillando con la luz residual de su propia existencia. Eran visibles, tangibles, pero imposibles de re-integrar. Eran memorias libres.

Alargué la mano para tocar uno, un pequeño fragmento que parecía contener la esencia de un café bebido en silencio hace años.

En el momento en que mi dedo rozó el fragmento, escuché una risa melódica muy débil, como el sonido de una carcajada  acuática resonando a millones de kilómetros. El pedazo de tiempo se revolvió y se alejó velozmente, asustado por el contacto con la carne. Me di cuenta de la verdad terrible: ellos no huían de mí por ser un mal anfitrión. Huían por el Absurdo de ser atrapados. Querían ser vacío absoluto, la memoria pura sin la carga de la identidad.

1 pensamiento en “PEDAZOS DE TIEMPO (POEM) DESERT IN THE MIND”

  1. Hermosa poesía:pedacitos de tiempo que no puedo recordar que se escapan del centro neuronal,…eso te libera de miedos y confusiones, y abre en ti un espacio limpio
    , y te da claridad en tus pensamientos.Los pedacitos de tiempo huían para no ser atrapados, buscaban ser vacío absoluto, la memoria pura sin
    La carga de la identidad…….Y así surge el esplendor de la mente,ilumina el
    Pensamniento y permite que las ideas se ordénen y se llenen con otra carga emocional diferente,despertar y comprender que a través de lo que sufriste en silencio, te mantienes fiel a ti mismo. Hermoso poema. Gracias FRANCiS.

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