PORQUE NO SE PUEDE SUSTITUIR EL PASADO

PORQUE NO SE PUEDE SUSTITUIR EL PASADO.

Por Francis Berti

El pasado es una entelequia subjetivista tan personalísima circunstancia que la pregunta muchas veces se contesta sola. Porque ya no existe en el presente real, solo en la mente que trae y trae y no deja de descartar las hojas negras que la componen y con las blancas no sabe qué hacer.

 El pasado es una entelequia subjetivista tan personalísima circunstancia que la pregunta muchas veces se contesta sola. Porque ya no existe en el presente real, solo en la mente que trae y trae y no deja de descartar las hojas negras que la componen y con las blancas no sabe qué hacer. O simplemente porque no puede (como decía Nietzsche) romper sus casas uno sin el otro y sigue leyendo la letra, ya que los textos siguen leyendo siempre vívidamente. Lo que no se decía en un siglo, ahora se puede decir con la comodidad de un adecuado discurso retórico de ‘I don’t care what you think about it’, ‘No me importa lo que pienses al respecto’.

Si no hay sonrisas a los gritos, que suele darse en el tema, se nos pasa la cola. La obsesión y la confusión entre el drama y el humor, hacen que la conversación sea unas definiciones desconocidas del lenguaje y el juego. Lo que se decía en 1989 ya no lo puede decir hoy. Difícil de explicar porque no existe una explicación, por lo menos, similar a la del corazón.

Lo que hoy es harto o peor, y lo que nos molesta, es que en el campo de la conversación no nos apoyamos y nos creemos tergiversados. La dicha se convierte en un poder y el lenguaje, como todo, necesita un espacio para iniciarse y dejar de pasar por alto. Los algoritmos existen pero no sirven para que los jugadores deban contratarse a ellos para competir. Lo que sabemos, que la letra es la finalidad, que el deseo, que la visión, el pensamiento y la inteligencia son misión, está ahí dentro de ese espacio oscuro, donde la jueza termina todo, y la historia finaliza el camino.

Cora Coralina, escritora brasilera (1889-1985) Decía; “Incluso cuando todo parece desmoronarse, cabe para mi entre reír o llorar, irse o quedarse, ceder o luchar. Porque he descubierto que en el camino de la vida incierta, que lo más importante es mi decisión”