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VER LA PIEL DE UNA SERPIENTE NO ES QUE HAYA

(Venerada desde el inicio de los tiempos, respetada y temida, capaz de mudar toda su piel. No es un animal para jugar.)

Por Francis Berti

Una masa de cuerdas y tendones, decía la canción. Asi se presentan los próximos dos años de politik efervescente, bebida que deberá beberse tibia, esta cerveza de pura malta, una malta que se ha sabido sembrar y cosechar a las apuradas en festejos adolecentes de triunfo de aun más chiquilinadas. Todo construido entre vacunas y despilfarros. Los daños colalaterales son del conjunto todo. No se salva nadie.

Asumir una derrota, es lo más saludable en política. Adquiere la forma de sobrepeso alivianado. Porque llegue hasta alli. Ya no duele. Se reestructura y se planifica con los ojos bien abiertos y sin lágrimas. Se recuenta el parque, se curan las heridas, se reorganiza las fuerzas y se los dejas descansar. Fue una batalla. No la guerra. Dejad que los seudo vencedores se emborrachen.

Eso sí, el telegrama ya se ha enviado:
DESTINATARIO: STOP.- ALBERTO CRASO. STOP.-ABSTENERSE DE CRUZAR EL RUBRICON. STOP.-NO VENIR A ROMA. STOP.-CRUZAR EL RIO SELLARA SENTENCIA. STOP. –REMITENTE: STOP. CRISTINA-SENATOR. STOP.

“No hay duda. —Es una advertencia —dijo con voz ronca, aunque no estaba seguro de que fuera asi. El encargado del bar sacudió la cabeza y volvió a meterse en el local. A su espalda las nubes oscurecieron el sol y comenzaron a caer gotas de lluvia sobre los cristales.

El hombre regordete miraba fijamente al suelo mientras se secaba la cara con un pañuelo blanco sucio. De pronto levantó la vista y sus ojos brillaron por primera vez desde que llegara el telegrama: eran dos pozos profundos en los que podía verse reflejada toda la tristeza del mundo, pero también un odio intenso e implacable, casi animal; lo único humano era ese amor-odio por Cristina Senator… Un amor-odio capaz de arrastrarlo hasta el infinito si hubiera sido necesario para destruirla… Y entonces trato de comprender qué significaban aquellas palabras:

«Abstenerse de cruzar el Rubicón»; estando él allí presente ¿qué iba a hacer? No tenía ni idea de quién era ni tampoco sabía dónde estaba Roma y este río (no había ninguno), pero no cabía duda: Cristina Senator sabia quien era… Cristina Senator abrió los ojos lentamente, sintiendo claramente que había dormido poco después del mediodía.

Cristina Senator había estado muchas horas despierta antes, pensando en todo lo acontecido durante las últimas semanas; ahora ya no recordaba bien cuanto tiempo hacia que estaba tendida sobre aquella cama sin apenas moverse… Se sintió vacilar dentro si misma cuando intentó incorporarse bruscamente para salir, perdiendo momentáneamente consciencia junto al movimiento de su pecho subido en corazonada sofocando humedad anti estupidez. A la mañana siguiente, durante el desayuno. Redacto el telegrama.”

Que nos separen dos mil años entre acontecimientos tan similares. Nos acaba por demostrar que la política no ha cambiado ni cambiara en los próximos milenios. Solo menos esclavos. ¿Menos esclavos?

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