EXTRAÑAR ESTA SOLO RESERVADO PARA LOS EXTRAÑOS

EXTRAÑAR ESTA RESERVADO SOLO PARA LOS EXTRAÑOS

Por Francis Berti

Existen sucesos, que aconte cimientos, causalidades casuales e instantes que suelen sentirse interminables como un pestañeo. Esos son los que están reservados para que los extraños extrañen. ¿Cuántos de nosotros hemos tenido esa realidad, o continuamos, como si fuese una provocación que nos invita?. Existen sucesos, que aconte cimientos, causalidades casuales e instantes que suelen sentirse interminables como un pestañeo. Esos son los que están reservados para que los extraños extrañen. ¿Cuántos de nosotros hemos tenido esa realidad, o continuamos, como si fuese una provocación que nos invita?.

No es nada importante hacer la travesía diaria con pañuelos azules, sino que hacerlo llegando a los cimientos. Después vemos las consecuencias en las secuencias perfectas que se han transformado y lo hacemos cargando al único extrañar que nos fue reservado. Pero no hacemos lo cual sí hicimos, que es colgarse las boquitas de paso. En una sola lágrima y un sorbo de agua (pelo de la ropa de amigos, puro azúcar de la aguja y después los amontonamientos. que pueden levantarse, jirones invisibles de conexiones brillantes.

(He insisto, como son los extraños extrañares) Existen sucesos, que aconte cimientos, causalidades casuales e instantes que suelen sentirse interminables como un pestañeo. Esos son los que están reservados para que los extraños extrañen. ¿Cuántos de nosotros hemos tenido esa realidad, o continuamos, como si fuese una provocación que nos invita. No es nada importante hacer la travesía diaria con pañuelos azules, sino que hacerlo llegando a los cimientos. Después vemos las consecuencias en las secuencias perfecta que se han transformado y lo hacemos cargamos al único extrañar que nos fue reservado. Pero no hacemos lo cual sí hicimos, que es colgarse las boquitas de paso.

En una sola lágrima –y un sorbo de agua (pelo de la ropa de amigos, puro azúcar de la aguja y después los amontonamientos. que puede levantarse, jugar con pelos durante dos horas, y luego empieza el reinicio – es bueno lo que hacemos. El relleno de lo suficiente sea la obligación de todo ser humano. Buena hora, son tiempos. Uno solo recibe ese don lo que es tan utópico como humanas son lo más necesario: para no perderla. Sería una lo exclusivo.

Sucede que lo pone en el lugar de yéndole a los ojos de los muchos. Por eso no termina de establecer una estrategia específica para su travesía; por eso en un momento se me impone una segunda improvisación y es apuntar al día que comenzaron los caminos. A veces se los puede encontrar, pero tiene que ser en pleno camino, tarde o temprano. Porque el camino nadie va a emprender más tarde, porque siempre lo están comprando los habitantes. Porque algunos están de paseo más largo; o porque se han ido porque no era para ellos o no comprendieron la incomprensible de lo extraño es lo único verdadero que se extraña. Eso es lo que nos hace con los sueños, en momentos de vulnerabilidad y insatisfacción, y lo que nos acompaña durante el pasado, mientras necesitamos, acostumbrados a algo sólo teniendo en cuenta los cuantos sueños se nos ha instalado como una serie de algo que probablemente será un buen caldo y de cultivo. No existen los sueños que hay que aceptar al peor lugar.

Después tendremos las respuestas que solos se develan. Cuando ese empeoramiento nos puede llegar hacia el fin. Porque de ninguna manera, la relación siempre está en el ámbito. En el tiempo que nos mantenemos en la situación de esa última persona, cada vez que existan condiciones favorables en algún momento de muestra o encuentros de elementos, esa pequeña esperanza sin esperanza, alguna de nuestras esperanzas y deseos, se convierten en algo natural y vale un segundo. La reconstrucción es esa repetición cada día. La combinación de algún paseo que va hacia algo de lo que nosotros sabemos es una estrategia apasionante.