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LO INAUDITO DE LA FEROMONA DETERMINANTE (POEM) ELIMINATED BY AN ORANGE

LO INAUDITO DE LA FEROMONA DETERMINANTE (POEM) ELIMINATED BY AN ORANGE

 Por Francis Berti

Apenas creo tener que el punto estará firme donde lo hubiera haber dejado, no se habrá corrido como esa coma maleducada que se me pierde sin saber por qué. Preferiría los signos de interrogación, ya que me dejan preguntando en el vacío de ellos mismos.

La vida, al menos mi vida, era esa necesidad neurótica de puntuación perfecta. Creía que si lograba fijar cada pausa, cada final de frase, cada interrogante, podría controlar la narrativa. Mi única fe residía en la rigidez de la gramática. Si el punto era firme, la continuidad sería lógica, predecible, y por lo tanto, segura.

Pero la vida es una frase larga sin aliento, escrita por un escritor borracho. Y justo cuando estaba por clavar el punto final en mi última gran tesis sobre la Estética del Silencio Puntuado, irrumpió lo Inaudito.

No fue un evento épico, como la caída de un meteorito o la revelación de un dios. Fue algo infinitamente más sutil, y por ende, más destructivo para mi orden.

Una feromona.

Entró por la ventana abierta de mi estudio —un aire viciado de tinta y esfuerzo— y me golpeó en la nariz. No olía a nada en particular: no era perfume, ni carne, ni tierra. Olía a Determinación Pura.

Era la feromona de lo determinante, una emanación química, biológica, que obligaba al universo a continuar hacia un fin sin importar la lógica ni la voluntad. Era el olor de una flecha que debe dar en el blanco, incluso si el arquero se desmaya a mitad de camino.

Y lo inaudito fue la respuesta de mi cuerpo a esa sustancia. Mi sistema nervioso, entrenado para la duda y el control, entró en pánico, pero mi cuerpo, ese traidor biológico, se alineó. La feromona me obligaba a moverme con una intención ineludible, anulando toda mi filosofía del punto firme.

Me levanté de la silla. Sabía que cada paso que daba era una coma maleducada que me alejaba de mi escritorio, de mi tesis, de mi control. La continuidad ya no la marcaba mi intelecto, sino ese olor invisible que me arrastraba hacia un destino que mi razón ni siquiera podía imaginar.

¿Por qué? No había un porqué gramatical. Solo la urgencia química de seguir.

Crucé la puerta, dejando el estudio donde las ideas eran solo interrogantes vacíos. La feromona me guiaba, a mí, el hombre de la rigidez, hacia la absoluta negligencia de la

lógica. Mi mente gritaba el horror de la no-puntuación, pero mis pies avanzaban, arrastrados por la fuerza bruta del propósito ajeno.

Y lo más aterrador: por primera vez, no sentía el deseo de preguntar por qué. La feromona de lo determinante era tan convincente que hacía innecesario el signo de interrogación. Solo existía la flecha, el blanco, y la continuidad implacable.

EL TRIPLE DESTINO

La feromona de lo determinante no era lineal; era un vórtice que demandaba tres convergencias simultáneas. La continuidad se bifurcaba y se anudaba en el mismo instante.

Mi cuerpo giró bruscamente en la esquina, no por mi voluntad, sino como una veleta ante un viento químico. Mi destino era triple.

 El Objeto Trivial: Mis ojos, fijos y vidriosos, se anclaron en el suelo. Allí, justo en el centro de un charco seco, había una naranja. Una naranja perfectamente esférica, de un color naranja sucio y urgente, que parecía la culminación de toda la existencia. La feromona me gritaba: Debes tocar esa naranja. Ese es tu punto.

 El Encuentro Humano: Pero mientras mis pies aceleraban hacia el charco, un crujido de pasos se impuso sobre el asfalto. Una mujer venía en dirección contraria, absorta en la revisión de un boleto arrugado. No era hermosa, ni memorable, ni hostil. Era, simplemente, el factor biológico inevitable. La feromona me susurraba: Debes impactar con esa mujer. Ese es tu nuevo relato.

 El Punto Final Físico: Y el telón de fondo de esta escena era el final de la calle. No el final lógico donde comenzaba otra, sino el muro ciego de una vieja fábrica abandonada. Un ladrillo gris y vasto, el muro del no-futuro. Era el punto final de esta secuencia de movimientos, el lugar donde la continuidad se estrellaba en la rigidez. La feromona dictaba: Debes llegar a ese muro.

La tragedia fue que los tres destinos no eran secuenciales. El Punto (la naranja), la Coma (la mujer) y la Interrogación (el muro) iban a converger en el mismo espacio-tiempo.

Mis pies estaban a tres pasos de la naranja. La mujer, a dos. El muro, a veinte.

En ese instante fugaz, mi intelecto, a punto de ser aniquilado por la feromona, lanzó un último, desesperado y estéril grito interno: ¿Por qué una naranja y no una manzana? ¿Para qué esta mujer y no otra? ¿Dónde está la lógica de este triple fin?

Pero la pregunta fue inútil. La feromona de lo determinante no respondía a la lógica. Solo obligaba a la continuidad.

Y así, el hombre obsesionado con la puntuación perfecta se lanzó ciegamente hacia el triple destino: el roce con la naranja, el choque con la mujer, y el impacto final contra el muro, en un inaudito y ridículo clímax de determinación biológica.

(Un ruido sordo. Un silencio posterior, solo roto por el suave rodar de una naranja).

 

3 pensamientos en “LO INAUDITO DE LA FEROMONA DETERMINANTE (POEM) ELIMINATED BY AN ORANGE”

  1. Guadalupe Elvira Blancop

    La Feromona, esa sustancia segregada, cuya liberación influye el comportamiento de otros de la misma especie, que constituye la causa o determina algo que se considera importante,que obligaba al universo a continuar hacia un fin sin importar la lógica ni la voluntad, silenciosamente es la forma en que nos relacionamos con los demás, la piel desempeña un
    papel muy importante no es solamente un
    límite físico, es también un puente invisible hacia la vida social y emocional. Muy interesante ese análisis que rige el comportamiento a través de las secreciones de las feromonas.Saludos.

  2. Orange is the new black

    Que sabe la vida de gramática?
    En cambio sí de biología genética y evolución emocional -la ancestralidad- que si les prestamos atención indican el camino correcto cuando uno se deja llevar (ese es el problema) sin poner tantos puntos ni signos en el lugar correcto …

    Lluvia de feromonas para todos

  3. Guadalupe Elvira Blancop

    Nadie puede forzar el despertar de otros, solo podemos inspirarlo,esa energía desgasta y bloquea tu propia misión.Aprovechar la emanación biológica de la feromona determinante, enviada por el Universo,dejarse llevar por el triple destino de lo insólito,con la resolución en la manera de actuar,al buscarel roce con la naranja, buscas complementar una relación con la mujer, lo cual logras al chocar con ella, en el
    Impactó final contra el
    muro, en un acto realizado con asombro y resolución, utilizando agentes exclusivamente naturales, esto te ayuda a comprender tu propósito de vida y sanar patrones del pasado. Gracias FRANCiS.

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